Ha pasado algún tiempo después de lo acontecido en aquella casa, la verdad es una experiencia que nunca más quiero vivir y tampoco se la doy a nadie. Estoy en casa de una tía abuela, ella me cobijo amablemente en su hogar, en ese tiempo estuve con doctores y sicólogos (al igual que algunos de mis amigos), la imagen de ese niño me atemorizaba cada vez que me iba a acostar, o cuando pasaba por algún lugar oscuro, o simplemente cuando pensaba inevitablemente en él. Alexander y Andy me venían a buscar como lo hacían todos los fines de semana a salir y para despejarme de lo ajetreado y pesado de la semana. Pablo y Luis estaban en una discotheque bailando y haciendo de las suyas, como lo hacían siempre. Yo, en éstas últimas semanas no estaba con mucho ánimo y buen humor, entonces decidí quedarme en casa con mi tía y cuidarla ya que ella estaba muy enferma, con gripe, y la noche estaba muy fría. Ellos me dijeron que se quedarían un rato más conversando conmigo y con mi anciana tía. Luego de estar contándonos anécdotas y distintas situaciones que nos han pasado, Andy y Alexander salieron a divertirse, me dijeron que saldrán con Pablo y Luis a juntarse con algunas muchachas que habían conocido.
Estos últimos días fueron normales, aunque escuchaba algunas veces hablar a mi tía abuela sola, pero cada vez que iba hasta su pieza, ella estaba durmiendo moviendo sus brazos y murmurando. No le tomé mucho en cuenta, pero era casi todas las noches que a mi tía le pasaba eso...
Una noche estaba sólo viendo televisión, mi tía estaba en su habitación, sentí pequeños pasos en el segundo piso de la casa, cerca de mi dormitorio. No tomé cuenta aquello, ya que estaba muy entretenido viendo una película. Hasta que esos pasos después no eran pequeños, sino que hacían mucho más ruido. De primera pensaba que era mi tía, pero no...desconocía esos pasos.
Me preocupe un poco y fui a ver de que se trataba, no sin antes tomar un madero que saqué del patio, por si era un ladrón.
Subí muy despacio los peldaños de la escalera, tenía el madero muy firme en mis manos, mi respiración de a poco aumentaba cada vez que me acercaba a mi habitación. La puerta estaba abierta completamente, con pasos lentos continuaba acercándome al dormitorio. Estaba en el pasillo del segundo piso, estoy justo frente de mi pieza, antes de entrar, miro para ambos lados y entro.
Estaba todo muy oscuro, mi tía me había dejado la habitación más grande para mí, antes esta pieza la ocupaba su hijo, quién ahora se había ido a trabajar al extranjero.
Estaba un tanto nervioso y asustado, trataba de prender la luz, pero por los nervios no la encontraba. Estaba a punto de encontrar el interruptor, y siento que algo pasa por sobre mis orejas y que queda insertado en la muralla. Muy asustado prendí la luz, y descubro que en la muralla había un cuchillo metido en la pared, entre la oscuridad del pasillo, me di media vuelta, y veo unos pequeños pies corriendo hacía la habitación de mi tía.
Curioso salí de mi dormitorio, hasta que siento a mi tía gritar con fuerza, apresuré mis pasos casi corriendo y abrí la puerta con rabia. Al entrar no veía absolutamente nada anormal, pero mi tía estaba en su cama moviendo rápidamente sus brazos, como si alguien la estuviera atacando –“¡tía!, ¡tía! ¿qué le sucede, tía?”- , ella no me decía nada, hasta que se calma y me dice repentinamente –“esos ojos, esos ojos....”. Realmente me dio mucha lástima al ver a mi tía gritando y diciendo cada palabra con mucha tristeza.
Llamé a una ambulancia, los enfermeros no se tardaron en llegar y la atendieron. Estos me dijeron que se la iban a llevar al hospital ya que ella estaba en estado de shock, yo acepté y los acompañé.
En el trayecto, llamé a mis amigos y les conté lo sucedido. Ellos no dudaron en venir a acompañarme. Y así fue, ellos estaban en el hospital conmigo calmándome, ya que estaba muy nervioso por lo que le pasó a mi querida tía. –“es él, es el niño que me está asustando, o simplemente me quiere hacer daño...pobre tía, me dio mucha pena al verla así” – “pero, ¿estas seguro que es el niño, Tom?” – me decía Andy – “sí, yo se que es él a la perfección, pero como les decía, el niño me quiere hacer daño, y lo está haciendo a través de mi tía, porque es más débil o .......” – “ o tal vez te esté tratando de decir algo, ¿no crees?” interrumpía tímidamente Alexander –“sí, puede ser eso” – “y ahora ¿qué piensas hacer” me decía Pablo “me gustaría volver al bosque...y aprovechar a buscar a Xavier” . Todos quedaron en silencio – “pero si los están buscando la policía, no crees que debamos seguir esperando” – “puede ser Luis, pero ya han pasado más de tres meses desaparecido....Ese niño...en estos últimos días es como si yo estuviera viviendo con el niño en su casa”. Seguíamos conversando, hasta que la puerta de la sala donde estaba mi tía se abre, y sale un médico y me dice –“su tía está fuera de peligro, no se preocupe, aunque estuvo a punto de morir por su vejez, pero ahora no hay de que preocuparse” aliviado le pregunté –“¿puedo entrar a verla?” – “no señor, ella ahora está descansando, te mandó saludos, ella antes nos pidió el teléfono y por lo que me dijo, ella estuvo hablando con una sobrina, quién va a venir exclusivamente a atenderla, para que tú puedas hacer tus cosas y no preocuparte mucho por ella, ¿estás tranquilo ahora?” – “sí, ahora estoy mucho más tranquilo, muchas gracias doctor” – “no hay de qué, mañana le daremos de alta”.
Pasaron a todo esto tres días de que pasara esta situación. La sobrina de mi tía, quién ya estaba en casa atendiendo a mi tía, ella también es de avanzada edad, tiene 60 años y con mi tía que tiene 80, se contarían anécdotas y otras cosas de su época, así que mi tía se iba a entretener con ella.
Salí de la casa, me estaban esperando los chiquillos en la camioneta de Andy, uno de ellos me dijo –“¿estás listo?” – “sí, estoy listo vamos”. En el camino hasta el siniestro bosque, le pregunté a Alexander –“¿y donde está Pablo?” – “lo llamaron para que él ayudara también a buscar a Xavier” – “está bien”.
En el camino, no nos dirigimos palabra alguna, sólo pensando si es que lo que estábamos haciendo era una locura, pero yo lo único que quería era terminar ya con esta situación. Luego de un largo trayecto, por primera vez nos concentramos en algo todos al mismo tiempo….claro, el bosque, nos miramos sin hablar nada. Nos desviamos de la ruta principal y entramos a éste. El camino era muy pedregoso, la camioneta de Andy se movía por ese motivo, los árboles que rodeaban el bosque nos impedía por momentos ver el camino con claridad.
La noche estaba muy fría, el silbido del viento nos acompañaba en ésta incierta búsqueda…en la búsqueda de la verdad absoluta…en esa verdad que se reflejaba en un niño…en éste niño fantasma, ¿Qué es lo que querrá?, ¿Por qué Alexander insistía en no decirnos nada?, pareciera que éste momento lo estuviera esperando él con ansias, desde lo que pasó en aquella casa, como decía antes, Alex ya no era el mismo de antes, ya no era el chico bromista que conocíamos, incluso lo encontraba muy débil, como si estuviera a punto de desvanecerse, de desmayarse, de perder la conciencia.
Seguíamos sin ver nada anormal, estábamos muy extrañados –“deberíamos bajarnos acá y seguir el recorrido a pie, ¿Qué les parece?” – “bueno, paremos aquí, justo en éste gran árbol” me decía Andy.
Y así fue, apenas mi amigo estacionó su camioneta después del largo recorrido, nos bajamos y empezamos a caminar. –“no creo que podamos ver nada” me decía Luis – “no sé… en realidad… a lo mejor todo esto es sólo una mera coincidencia y que el pequeño que se aparece en casa de mi tía, es un chico que querrá atención o, que vivió allí por algún tiempo, un día mi tía me decía que en la población que estamos viviendo, ocurrió un accidente, hubo un incendio en la casa que está al frente de nosotros, y que murió un niño, decían que éste era muy inquieto y maldadoso, y que probablemente fue él mismo que por jugar y sin querer prendió fuego a su propia casa” estuvimos callados por largo rato– “mmmm, si, tal vez es solamente eso, volvamos a casa mejor” decía Andy.
Y eso fue todo, estabamos volviendo a casa y pensando que la misteriosa casa, que tanto temíamos, fue sólo algo extraño que nos pasó solamente y esperamos que Alex algún día nos diga realmente lo que pasó….
-“sssssshiiiiiiii….sentiste eso Tom” decía Alex – “¿Qué cosa?” – “ese susurro”. Por vez primera, no sentía ningún susurro, hasta que el viento nuevamente comenzaba a soplar, ésta vez más intensidad, hasta que Andy me dice –“¿viste eso?” – “¿Qué viste, Andy?” – “unos ojos extraños que pasaron al frente mío” – “tal…vez sea…un puma o cualquier otro fe..felino” decía Luis, un poco tembloroso. No éramos nosotros cuatro quienes estábamos entre los arbustos, sentíamos un quinto, no lo podíamos ver –“Pablo, ¿eres tú?”, nadie respondía. De pronto Alexander da media vuelta y se queda estático –“¿Qué te pasa Alex?” – “es…es…ES EL NIÑO…CORRAMOS” gritaba éste. Lo quedé mirando extrañado, me di media vuelta y vi a lo lejos que los arbustos se doblaban y caían, como si alguien estuviera corriendo agachado. No tuve otro remedio que hacerle caso, corrí hasta la camioneta, atemorizado al descubrir unos ojos blancos que nos perseguía entre la oscuridad. Giré para mirar a los chicos y descubro que ellos estaban muy lejos de mí, sorprendido corrí aún más rápido, sentía un leve respiro en mis oídos, no quería mirar, pero mi curiosidad me ganó y miré a mis espaldas, aún esta extraña presencia nos perseguía.
Fue tan sólo por segundos en que ya no vi nada a mi alrededor, al girar tropecé con una roca, y por el impacto, rodé unos buenos centímetros, hasta que al parecer había entrado a una especie de cueva, sentí un golpe detrás. Me levanté enseguida y traté de salir, pero me era imposible mirar por si había alguna salida, estaba todo mucho más oscuro, movía mis brazos tratando de encontrar algo entre la oscuridad, pero nada, ya no nos perseguían. Sentía a los muchachos llamarme, pero apenas los escuchaba, traté de caminar, pero torpemente me lastimo en la cabeza con algo de madera. Al golpearme, se caen unos arbustos, una leve luz iluminaba mi camino, descubro que estoy dentro de una vivienda. Desde la ventana, miré a los chicos quienes me estaban llamando, sonriendo empecé a abrir la puerta, pero ésta no abría. Alzo mi vista y veo a Alexander mirando con terror la casa y también al verme a mi dentro de ella. Un gran escalofrío me dio en el cuerpo al percatarme que estoy dentro de la siniestra casa.
Traté de abrir con fuerza la puerta, daba golpes de puños, pero era imposible, estaba muy atascada. Me calmé un poco, respiré profundo, miré a los muchachos quienes, aterrorizados me indicaban con el dedo índice que mirara a mis espaldas. Hice caso, pero no había nada –“no lo puedo creer, no lo puedo creer, estoy dentro, no puede ser” pensaba, hasta que en una habitación siento unos ruidos, como si dejaron caer algo al suelo. –“por favor, señor, no permitas que muera, quiero saber la verdad…sólo la verdad” dije y comencé a caminar tímidamente dentro de ésta.
A pasos lentos me dirigía hasta una de las habitaciones, veo cuadros antiguos con telarañas a mi alrededor, los pasos que daba hacía levantar polvo, me picaba la nariz, me la rascaba nerviosamente, ya que era alérgico. Descubro escaleras hacia un segundo piso, una puerta que daba a un subterráneo, juguetes, copas de vino, etc. Nuevamente siento un ruido, esta vez a mis espaldas, me quedé quieto para ver que es lo que pasaría, pero nada. De reojo, veo una extraña presencia de pie, cerré los ojos por un momento y los abrí, éste fantasma ya no estaba, seguí caminando y dije un poco en voz alta –“aquí estoy niño, aparécete, ¿Qué es lo que quieres conmigo?, ¿Por qué me buscas?, lo único que quiero que todo esto termine, quiero vivir en paz y en armonía, dame esa oportunidad por favor, y dime de una vez todo lo que quieras decirme”. Mi sangre se heló al sentir unos dedos que me empujaron suavemente hasta un dormitorio, pero que me hicieron mover, miró atrás…pero nada. Abrí lentamente la puerta, ésta daba ruidos ensordecedores…veo una cama, también veo un traje colgado de las fuerzas armadas de Chile, veo un cuadro con una foto que salían dos ancianos…algo o alguien estaba al lado mío nuevamente, no veía al niño por ninguna parte. –“¿quién eres tú?” decía asustado pero ansioso si es que ésta presencia me respondía, no fue así. –“no te tengo miedo, te voy a mirar”, al hacerlo, veo a un anciano con barba y canoso quién me estaba mirando fijamente, su cara era malévola, atemorizado caí al suelo, éste trataba de hacerme daño, pero no podía…me di cuenta que no tenía piernas...me levanté rápidamente, al hacerlo el anciano abrió su boca y dio un grito desgarrador, caminé hasta el segundo piso y me escondí detrás de un escritorio – “quiero salir de ésta, quiero salir, ¿Dónde estas niño? ¿Dónde éstaaaaaaaaass?” grité.
Miro alzando mi vista y veo a una anciana y un niño a lo lejos…éstos sí tenían piernas…caminaban hacia mi, pero caminaban muy torpes de un lado para el otro, sus miradas estaban perdidas. Reconocí al niño, pero nunca había visto a la mujer, mi corazón no paraba de latir aceleradamente, me levanté, tropecé y caí sobre un sillón, me senté, quería salir de aquí, pero con el miedo extrañamente no podía. La luz de la gran luna iluminaba el lugar donde yo estaba, miré hacia la ventana, no estaban los chicos, me giré nuevamente, y sorprendido tenía al niño mirándome a un centímetro de mí, y me tapaba los ojos. Varias imágenes pasaban por mi mente en tan sólo segundos, veía una familia…estaban sonriendo, comían, luego cantaban, veía al niño vestido de escolar…veía a la mujer igualmente de la mano con él, veía al niño con varios juguetes a su alrededor, sonreía…hasta que en la puerta principal, entraba un viejo, estaba enojado, emborrachado…veía que la señora trataba de calmarlo, ya que venía alterado, pero el viejo le pegaba, ella cayó al suelo, y le seguía pegando puntapiés en el suelo…veía al niño llorar, corrió hasta su abuelo y lo abrazó para que se calmara, pero éste estaba muy borracho y empezó a ahorcar al chico, y luego lo apuñalaba con su cuchillo que había sacado entre sus pantalones, él no podía respirar…hasta que yo veía al niño caer al suelo sin signo vital…la señora empezaba a gritar, el viejo la hacía callar…hasta que el viejo rompe un vidrio, saca una escopeta, y asesinaba a su mujer dándole infinidades de disparos sobre su cuerpo…luego éste arrastraba a los cuerpos hasta el subterráneo de la casa, abría la puerta y los tiraba rodándolos escaleras abajo…yo veía después que el viejo se sentaba en un sillón, sacaba una botella de ron y le daba grandes sorbos, luego de un largo rato, tomó su escopeta, y se suicidó disparándose en la cien…el niño sacó su mano, abrí mis ojos y ya estaba viendo normalmente, pero continuaban estas presencias al frente mío…ya no sentía miedo, sentía lástima al ver al niño mirándome con tristeza, no era malvado finalmente, sólo quería que lo ayudase, se parecía mucho al hijo de unos vecinos que vivían cerca de nosotros, su cara diabólica sólo reflejaba el tormento que el viejo le hacía pasar a éste. Hasta que de pronto veo que miran aterrorizados a su alrededor, veían al anciano quién estaba subiendo al segundo piso, el viejo endemoniado nos miraba con rabia, con mi corazón aún latiendo aceleradamente y sacando fuerzas de flaqueza lo encaré –“¿maldito viejo decrepito, como se te ocurre acabar con su niñez, su feliz niñez…no te tengo miedo, ahora que sé todo, te vas a ir derecho al mundo donde perteneces…AL INFIERNO” decía agitado, éste trataba de hacerme daño, pero no podía –“tu nunca podrás hacerme daño, viejo de mierda, NUNCA” le dije con una rabia que yo mismo me preguntaba de donde lo saqué. El viejo se iba rápidamente, atraviesa una pared y se iba a la calle...