Wishing a dream, and living that dream

En un parque de la ciudad de Paris, se encontraba bajo la lluvia, un pequeño Piplup, el cual, debía haber sido golpeado por alguien más, puesto el pobre Piplup estaba muy herido, y no se podía mover

La lluvia había empapado una playera que traía de color rojo, y tal vez por eso su sangre derramada no sobresalía en esta.

La historia de esto es muy larga, y no creo que la quieran oír… esta bien, esta bien, la cuento nada más para que vean que el mundo pokemon es igual de cruel que el mundo humano.

Pero antes de que siga, nunca fui, ni ahora soy emo, ¿esta claro? Es solo una historia triste nada más.

Todo comenzó meses atrás, no recuerdo bien la fecha. En ese entonces, yo era un niño muy pasivo, y tímido, por lo que los demás me hacían cara de feo.

A mi me encantaba toda la comida. En especial la chuleta de Miltank, mmm… rica, y mas si le pones un poco de salsa picante, sabré sabrosísima… otra vez me desvío de la historia.

Solía pasar horas enteras enfrente de mi piano. Me encantaba tocar música de videojuegos como The Legend of Gardevoir, o Súper Oiram World. Inclusive aprendí música de un grupo famoso en mi país natal, Pokehumans.

Mi vida no era perfecta, tenía problemas en la escuela por mis calificaciones y otras cosas personales, pero de haber sabido lo que vendría, hubiera preferido seguir como iba.

Como se podrán haber dado cuenta, no se contar historias, puesto ni siquiera me he presentado… mi nombre es Alait Feit Copefed, me pusieron así, pues hay una leyenda de un humano que salvo a su mundo. Pero desde que mi vida cambió, yo ya no creo en mitos, leyendas, ni en la esperanza… otra vez me desvío.

Como decía, mi nombre es Alait Feit Copefed, aunque mis pocos amigos me dicen Woobofet, o como se diga. Mi edad, bueno, tengo 14 años. Soy de un país hermoso, pero con contrastes de todos tipos llamado México.

Seguro ya se aburrieron de oír sobre mí, seguro quieren oír ya mi historia de cómo llegue aquí ¿no? Bueno, eso fue gracias a un foro en la Pokenet, llamado Centro Pokemon.

Me gustaba pasar horas en ese foro, puesto que todos los usuarios estaban chiflados y toda la cosa. Es mas, ahí conocí a cuatro personas que ahora trato de olvidar.

Pero bueno… creo me desvío otra vez, es que con el estomago vacío, y tantas heridas no puedo concentrarme.

Todo comenzó así…
…
…
…

-¿Ya estas listo?- habló un pequeño Piplup.

-Espera, déjame lavarme la boca- dijo un Vulpix.

-Bueno ya, pero date prisa- le dijo un poco nervioso el Piplup.

Los dos pokemons se encontraban en una habitación llena de posters de varias cosas, habían posters de futbol, Nintendo, y de artistas famosos.

El Piplup se encontraba sentado en un colchón reposado en el piso. Y a un lado del Piplup, se encontraba una mochila negra.

Mientras, el Vulpix que se encontraba en frente del Piplup, frente a un espejo, se estaba lavando el hocico.

Una vez terminada su limpieza, el Piplup se puso de pie.

Los dos pokemons eran casi del mismo tamaño, solo que el Vulpix era un poco más alto que Piplup.

-Listo ya estoy- dijo el Vulpix.

-Por fin. Espero no estén desesperados por nosotros- dijo el Piplup.

-Calma Woobofet, de seguro ni han llegado- dijo el Vulpix tomando una mochila gris que se encontraba a lado de un mueble que tenía encima una televisión.

Después, los dos pokemons salieron de la habitación a una especie de pasillo muy largo. Los dos doblaron a la derecha hasta llegar a unas escaleras, ahí descendieron, y al llegar al fondo, doblaron a la derecha nuevamente hasta llegar a una puerta de madera.

-Espera, voy por dinero- dijo el Vulpix, y se volvió hacia la dirección en la que habían venido, solo que no subió las escaleras y siguió derecho.

Una vez que el Vulpix regresó, los dos pokemons salieron de la casa y saliendo hacia un patio.

Ahí, el Piplup se acercó hacia una maceta y agarró un balón estilo clásico.

-Listo, aquí ya tengo el balón. Ahora ya vamonos- dijo el Piplup.

-OK- dijo el Vulpix, y después los dos salieron del patio y caminaron varias cuadras hasta llegar a un parque.

El parque tenía varios árboles en las orillas, pero el centro estaba completamente libre de obstáculos, como rocas o arbustos.

Debajo de uno de los árboles, se encontraban sentados un Pachiritsu, y un Vulpix, pero este, de color blanco en su totalidad.

Cuando el Vulpix blanco se dio cuenta de que Piplup y Vulpix se acercaban, este se levantó rápidamente y corrió hacia ellos.

-¡Por fin, pero como se tardan! ¿Pues que hacían los dos?- dijo el Vulpix blanco tratando de provocar a los otros dos, y lo consiguió.

-Calla tonto, no te me pongas al tiro- dijo el otro Vulpix.

-Es que no manches, cuanto se tardaron- dijo el Vulpix blanco.

-Hay ya, dejen de discutir y mejor vamos a jugar- dijo el Piplup.

-¿Pero como quieres que juguemos si nomás somos cuatro?- preguntó el Vulpix blanco.

-Hay, pues podemos jugar los cuatro, gol para babas- dijo el otro Vulpix.

-Bueno, pero trae el balón- dijo el Vulpix blanco y sin que el Piplup pudiese hacer algo, este le arrebató el balón que traía en las aletas y después empezó a patearlo.

Piplup y Vulpix se voltearon hacia el Pachiritsu, que hasta ese entonces no había hecho ruido.

-Hola Menotti- dijo el Vulpix.

-Hola Mora- respondió el Pachiritsu.

-Hola Menotti- dijo después el Piplup.

-Hola Tama- respondió el Pachiritsu.

Menotti, era el único que me decía Tama, en lugar de Copefed, o Woobofet.

-¿Qué Menotti, listo para jugar?- preguntó el Vulpix.

-Claro, pero primero que lleguen los demás- respondió este.

-Ese babas se va a cansar solo si sigue así- dijo el Piplup, mirando al Vulpix blanco que corría y tacleaba el balón contra unos árboles.

-Te escuche desgraciado- respondió a lo lejos el Vulpix.

El tiempo paso, y el Vulpix se acercó hacia sus amigos.

-¿Cómo que ya se tardaron esos no?- dijo sentándose junto con sus amigos.

-Si, para la otra los citamos media hora antes, haber si llegan a tiempo- dijo el otro Vulpix.

-Pues si, pero por fin, ya llegaron- dijo el Piplup señalando en el otro lado del parque.

Desde ahí, venían caminando seis pokemons.

El primero era un Torchic, el segundo un Hoot Hoot, el tercero era un Munchlax, el cuarto era Poochiyena, el quinto era un Eevee, y el ultimo era un Delibird.

-Por fin, ya me estaba aburriendo- dijo el Pachiritsu poniéndose de pie, al igual que Piplup y los dos Vulpix.